miércoles, 11 de junio de 2008

DOÑA CAROLINA: ¡INSACIABLE!

La Consejera Presidenta del Instituto Electoral Veracruzano, Carolina Viveros García, es una mujer visionaria que apostó su futuro político a la Fidelidad.
Sin nada que perder, sin comprar un cachito de lotería, obtuvo el premio mayor, de esos muchos que empezaron a regalarse el 1 de diciembre de 2004, con la llegada del nuevo gobierno.
Y con el que muchos amigos del poder han amasado escandalosas fortunas.
De ser una verdadera desconocida de escritorio en la facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana, la abogada Viveros se encuentra hoy en los cuernos de la luna.
Acostumbrada a su raquítico sueldo universitario, primero como secretaria académica y luego como directora, doña Carolina llevaba una vida modesta, sin lujos, poder ni dinero.
Nunca imaginó llegar hasta dónde la mano generosa y agradecida del gobernador, la ha encumbrado.
Se siente hoy poderosa, intocable y millonaria.
Tan poderosa que todos en el IEV le temen después que grilló y corrió a Francisco Monfort Guillén, el exsecretario ejecutivo del Instituto, para nombrar en su lugar un recomendado, nativo de Cosamalopan.
Intocable porque se dice protegida y aliada del gobernador Fidel Herrera, de quien asegura, le debe muchos favores, entre éstos, la llegada a la secretaría ejecutiva de Rodolfo González García, amigo personal y paisano del mandatario estatal.
Y millonaria por tener un sueldo mensual nada despreciable de123 mil 451 pesos 50 centavos que, comparado con los 10 mil pesos que percibía en la UV, se considera una mujer soñada y afortunada.
Salario que debemos aclarar, dice la funcionaria del IEV, le queda corto para su preparación y trabajo que efectúa, principalmente éste año de 2008 que no hay actividad electoral en el estado.
Quizás por considerar muy raquítica su percepción salarial, se deba a que muchos en el IEV comentan que la presidenta le mete la mano al cajón de los recursos públicos.
Y no son para menos las sospechas.
El máximo órgano electoral de Veracruz, viene navegando en números rojos desde hace un buen tiempo, al grado tal que no tienen dinero para cubrir las mensuales dietas de manutención de los partidos políticos, y en ocasiones ni para pagar la nómina quincenal de los empleados, que desde luego, no ganan ninguno de ellos los casi124 mil pesos que cobran ella y el protegido de Fidel.
Cuando todavía estaba Monfort Guillén en la secretaría ejecutiva, a él lo responsabilizaba del desorden administrativo en el IEV, incluso doña Carolina tuvo la desfachatez de culparlo de la desaparición de los 310 millones de pesos del presupuesto autorizado para 2007.
Acusación que usó para convertirse en una pedigüeña del gobernador, a quien suplicaba le concediera ampliación presupuestaria, pretextando el peligro que presentaba la organización de los comicios locales de septiembre del año pasado.
Fidel, que goza del ruego, intervino ante los diputados para que le autorizaran, primero 58 millones, 641 pesos, y meses más tarde otros 81 millones. Para el ejercicio 2008, año no electoral, le asignaron 127 millones, cantidad que, cuentan en el IEV, han desaparecido, cuando apenas vamos en el sexto mes del año.
El Instituto Electoral de Veracruz, se encuentra convertido en un costal sin fondo para sus principales directivos; tan grave y sospechoso es el manejo de sus finanzas que desde finales de 2007, diputados opositores en la Legislatura local exigieron a la Comisión de Vigilancia, ordenara la realización de una exhaustiva investigación.
Pero es hora que todavía ni siquiera existe fecha para cuando, dando la impresión que la licenciada Viveros también es protegida por el manto de la impunidad, ese que está muy de moda en el Fidelismo, y que dejara de herencia el alemanismo.
¿Quién protege y solapa a la consejera presidenta?
No tenemos que hacerle al advino.
La protección viene en directo de quien manda en Veracruz.
Y todo, dicen, (cargo, salario, vehículo y presupuesto) en pago a un favor familiar muy especial, recibido.
Presuntamente, la abogada Viveros, estando en la facultad de derecho de la UV, fue determinante para que un pariente cercano terminara su carrera de licenciado en derecho. Procedía de la Universidad Anahuac, con un chingo de materias reprobadas, pero la mano poderosa e influyente hizo magia, y asunto arreglado. Eran los días cuando el Tribunal Electoral de la Federación, confirmaba el triunfo de la Fidelidad.
Desde entonces, la suerte le cambió a doña Carolina.
¿A eso se le llama capacidad y preparación, en la presidenta del IEV?
Por favor, querido y aguantador pueblo, permite un aumentito a esta eficiente servidora pública que no vive, ni es feliz con los 123 mil 451 pesos 050 centavos, que gana cada 30 días.
¿O usted qué opina?

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