viernes, 12 de junio de 2009

CHISMES DE LAVADERO

Cuánta pobreza cultural y política, la de los dirigentes partidistas en el estado de Veracruz.
A falta de propuestas que sirvan como punta de lanza para debatir principios y plataformas políticas de sus partidos, los dirigentes, como viles revoltosas de mercados, se la pasan acumulando denuncias contra sus adversarios.
Jaloneándose del chongo y mostrando las huellas de golpes y arañazos, las dirigencias de los Comités Directivos Estatales de panistas y priístas se han pasado todo el proceso federal presentando en los tribunales querellas de los presuntos daños cometidos por los enemigos.
La que debiera ser, la del 2009, una contienda política limpia y convencedora para los votantes veracruzanos, se encuentra convertida en una guerra de chismes de lavaderos ante la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (FEPADE).
El Partido Acción Nacional y el Revolucionario Institucional, van al tu por tu en denuncias, y ambos institutos políticos aseguran que el vecino de enfrente ha violentado el proceso al desviar recursos públicos a las campañas de cada uno de sus candidatos.
Cuando los asesores jurídicos del PAN y de Cambranis acuden a la FEPADE, al día siguiente los soplanucas del PRI y de Carvallo, hacen lo propio interponiendo la contrademanda correspondiente.
Decenas de acusaciones han desfilado por la Fiscalía federal encargada de vigilar el trabajo proselitista federal, y el 100 por ciento terminan siendo desechadas, bien por resultar improcedentes o porque fueron echas con las patas.
Apenas ayer jueves los colorados del PRI acudieron a la FEPADE a denunciar a cuatro delegados federales calderonistas que despachan en Veracruz.
Enrique Pérez Rodríguez, del ISSSTE; Agustín Basilio, de Comunicaciones y Transportes; Eugenio Pérez, de BANOBRAS y Laura Lira, de SEDESOL, son señalados por los Carvallistas como indiciados, por estar desviando dinero del pueblo a los abanderados del PAN a diputados federales.
Y como se sabe, sólo unos cuantos días antes, las huestes del Pipo Vázquez y de su esbirro Enrique Cambranis, denunciaron al gobernador Fidel Herrera y a trece funcionarios estatales, señalándolos de meterle la mano al cajón del erario estatal en beneficio de los candidatos del PRI en el proceso local de septiembre de 2007, convirtiendo la jornada electoral, según los azules, en una elección de estado.
Meses atrás, ya se habían presentado un sin fin de inconformidades, tanto del bando de los rojos como de los blanquiazules.
Y la verdad qué manera más pendeja de perder el tiempo…
Pese al escándalo mediático que protagonizan, tanto panistas como Fidelistas, en sus ruedas de prensa con los mercenarios del periodismo cada vez que anuncian ir a la FEPADE, finalmente hacen el ridículo al terminar su lista de agravios en el cesto de la basura de la Fiscalía.
Esos asesores políticos del PRI y del PAN, de quién o de quiénes estarán aprendiendo las herramientas jurídicas para defender con la ley en las manos a sus partidos, que sólo los convierte en más pendejos de lo que ya son, porque los juicios los pierden de todos, todos.
Sin embargo, aún y su larga lista de fracasos ante la FEPADE o de la propia PGR, rojos y azules insisten en seguir dándose baños de pureza, lanzando acusaciones de corrupción al contrincante en turno.
Pensando en forma obtusa que las elecciones las gana el partido que mete o acumula más injurias contra los adversarios en las instancias correspondientes.

Los que hoy se viven, son nuevos tiempos de hacer política, en los que la ciudadanía agarra todo lo que le dan, pero termina votando por partido distinto al que le dio despensas, gorras, sombrillas, playeras, cuadernos, gomas y lapiceros.
A la gente nada le importa que los partidos políticos se la pasen desgreñándose o sacando sus kilos de trapos sucios al sol.
Para el pueblo, todos, o casi todos los políticos, son iguales de rateros y sinvergüenzas, que de la noche a la mañana amasan incalculables fortunas, y a los que sólo ven la cara una sola vez, cuando acuden a implorarles el sufragio.
Por ello, las quejas o denuncias que Carvallistas o Cambranistas llevan a la Procuraduría General de la República o la FEPADE, es la manera más idiota de perder el tiempo, pensando que así, atraerán a su favor gran cantidad de votantes.
De verdad pobres ilusos, su masa encefálica no les da para más.
Porque al final, aún cuando se lanzan dardos venenosos y se defienden diciéndose blancas palomitas, lo cierto es que, tanto priístas como panistas, están igual de embarrados de corrupción.
Uno y el otro, en esta época electoral andan desviando recursos oficiales a campañas políticas, y no pueden negarlo. Existen pruebas de videos donde los candidatos, de uno y de otro partido, como ladrones de la noche andan acudiendo a los hogares a entregar despensas, y también a recoger credenciales, bajo el pago de varios miles de pesos.
En conclusión, señores, no pierdan su tiempo en los tribunales; en política para hablar y denunciar, hay que tener la cola corta.
¿O usted qué opina?

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