miércoles, 24 de junio de 2009

MÉXICO PARTIDO EN DOS

Venganzas políticas parten y dividen a México.
La desgracia infantil en el estado de Sonora, se ha convertido en carne de cañón de intereses partidistas.
El presidente Felipe Calderón y el gobernador Eduardo Bours, se encuentran enfrentados por señalar y consignar culpables del fatídico y criminal incendio suscitado el 5 de junio.
Proteger a unos y a otros con el manto de la impunidad, ha convertido en parcela política lo que debiera resolverse con la estricta aplicación de la ley.
Caiga quien caiga, sea funcionario del PRI o del PAN, porque un lamentable hecho como el de Hermosillo, Sonora, donde murieran niños inocentes que les era imposible salvarse por cuenta propia, es un delito de lesa humanidad y no puede quedar impune por el compadrazgo del poder.
Por una parte, el gobierno de Eduardo Bours, tira la pelota y responsabiliza de la desgracia a funcionarios de la federación, buscando, se asegura, proteger a familiares cercanos que regenteaban la guardería ABC donde murieran, hasta la fecha, 47 infantes.
Y por la otra, el gobierno Calderonista libera a funcionarios federales que se presume son responsables de la desgracia, y a través del IMSS, revierte la responsabilidad a la administración del mandatario sonorense Eduardo Bours.
En respuesta el mandatario de Sonora, sacando a relucir un vocabulario soez e irrespetuoso hacia la investidura presidencial, ha señalado al michocano Calderón de “proteger” a los verdaderos culpables de la tragedia, misma que ya fue condenada por el pueblo mexicano.
Lo cierto de todo es que la muerte de 47 vidas inocentes en una guardería del IMSS en el estado de Sonora, está siendo utilizada para llevar agua a los molinos de los partidos tricolor y blanquiazul.
Principalmente en estos momentos que el país se presta para que tenga lugar la jornada electoral del primer domingo de julio, donde habrán de renovarse las 500 diputaciones del Congreso de la Unión de San Lázaro, 300 por la vía directa del voto y 200 por representación proporcional.
Y para cuyo proceso se lucha por vencer el fantasma del abstencionismo, tan de moda en las elecciones federales, y del voto nulo, tan de moda en los últimos días.
Es indudable que en la Secretaría de Gobernación, responsable de la convivencia política interna de la república, ha faltado experiencia, capacidad y olfato político para atender y resolver cada una de las demandas partidistas que se presentan al gobierno del presidente Calderón.
Fernando Gómez-Mont, el titular de Gobernación del régimen de Calderón, pudo haber sido un excelente socio del consorcio jurídico del Jefe Diego Fernández de Ceballos, tanto que el ex senador lo recomendó al presidente para que supliera al malogrado Juan Camilo Mouriño.
Pero es indiscutible que Gobernación, ha quedado muy grande a Gomez-Mont, quien en corto tiempo en el cargo, ha logrado enemistarse con todo lo que huele a oposición al PAN, empezando con los gobernadores del Revolucionario Institucional.
Lejos de ayudar en materia política al huésped de Los Pinos, el titular de Gobernación mantiene políticas de enfrentamiento y denostación con todos los actores políticos del país.
Lo mismo abre heridas con el PRI, que con el PRD, PT y Convergencia en donde se involucre el peje Andrés Manuel López Obrador, el autonombrado presidente legítimo de México.
Qué años aquellos en que los problemas y diferencias políticas de la república se resolvían en Bucareli, cuando nada traspasaba a Los Pinos sin antes haberse resuelto en las oficinas privadas del Secretario de Gobernación.
Hoy, ante la carencia de un verdadero interlocutor político que alcance acuerdos con todas las fuerzas nacionales, el país está incendiándosele al presidente Calderón.
Y no es para menos.
Al mandatario mexicano, salido de las filas del Partido Acción Nacional, se le observa solo, ausente de un verdadero equipo de trabajo, capaz de dar respuestas, y entender los recovecos que tiene .el quehacer político.
Por ello, el presidente tiene que salir a defenderse por cuenta propia; se ve obligado a entrar y atajar a todos, tanto a priístas, perredistas, petistas y convergentes que cuestionan su gobierno.
Es posible que a Calderón se le oculte la realidad política que enfrenta México y sus más de 110 millones de habitantes.
Y la desinformación real que Calderón pudiera tener del país en sus dos años seis meses de mandato, sea la causal de odios y rencores contra gobernadores del tricolor que siempre han manifestado apoyarlo en sus políticas de gobierno.
En el caso particular del gobierno de Veracruz, pese a todo lo que “él llama guerra sucia proveniente del PAN”, Fidel Herrera sigue manifestándose “soldado del presidente Felipe Calderón, que apoya todas y cada una de sus acciones en beneficio del pueblo mexicano”.
Lo cierto es que a escasos 11 días de las elecciones federales, México no puede ni debe estar en medio de disputas partidistas, principalmente en aquellas donde todavía el dolor sigue presente, como es el caso de la guardería ABC de Hermosillo, Sonora.
Que dejen, tanto el PRI como el PAN, de coaccionar el voto ciudadano buscando responsables que ambos partidos pretender proteger.
Permitir que el pueblo de México hable el 5 de julio, a favor del candidato o partido de sus preferencias, es un grito a voces,
El país se lo merece.
¿O usted qué opina?

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