martes, 23 de marzo de 2010

EL CONGRESO DEL ESTADO: UNA VERGÜENZA


23 de Marzo de 2010
Por: David Varona Fuentes

Paralizado el Congreso de Veracruz.
Se van otros once diputados locales, advenedizos e irresponsables.
Pensando colgarse de las valencianas del gobernador Fidel Herreras, corren a buscar las candidaturas del PRI a presidentes municipales.
Agregados a los 16 de diversas fracciones políticas que también habían adelantado su salida, suman 27 los flamantes diputados que no terminaron su responsabilidad en la actual 61 Legislatura veracruzana.
A los 27 les valió madres tirar las curules que representan para irse a cazar los irresistibles presupuestos municipales.
Los 90 mil pesos que cada mes percibían por llegar a dormir o a levantar el dedo en las sesiones legislativas, resultaron insuficientes para los mal llamados representantes populares.
Y esos 90 del águila libres de paja y polvo, aparte los 30 mil pesos por comisiones; otro tanto por pagos de hospedaje en hoteles de 5 estrellas en Xalapa, de telefonía celular, gasolina, casetas de peaje, alimentación, y también los gastos de representación popular, de parrandas en los burdeles con table dance más excitantes de esta ciudad, Coatepec o el puerto jarocho.
Todo con cargo al erario estatal, a los impuestos de los veracruzanos.
Pero ni todo ese paraíso de privilegios financieros, de agasajos de la carne y el confort etílico, resultaron suficientes para que los diputados locales declinaran en sus tentaciones por las alcaldías.
Y no es para menos.
Aún percibiendo salarios insultantes para el grueso de los veracruzanos que apenas y ganan salario mínimo de 52 pesos diarios por 8 horas de trabajo, a los legisladores locales no los detuvo nada ni nadie.
Ellos quieren convertirse primero en candidatos del tricolor y luego en alcaldes de sus respectivos municipios.
Sueñan con manejar o tener en sus manos los millonarios recursos que cada año reciben los ayuntamientos por parte de la federación, muy por aparte de las participaciones establecidas; hoy día son un mundo de apoyos federales los que reciben los ayuntamientos del país.
Es entendible la obsesión de los diputados por convertirse en alcaldes.
Quieren hincharse de dinero saqueando las arcas municipales total, teniendo de cómplice al exquisito titular del ORFIS Mauricio Audirac, se cuenta con licencia abierta para robar, protegidos por el manto oficial de la impunidad.
En los últimos años ningún pillo estatal o municipal ha sido llevado a juicio por sinverguenza , pese a salir embarrados en fraudes y peculados en perjuicio de las tesorerías de los ayuntamientos.
Esa galopante impunidad solapada por el ORFIS, representa la mejor motivación de los diputados locales y federales para irse en desbandada por las candidaturas a presidentes municipales.
Los incita el olor a dinero fresco y abundante, que los lleve a terminar de amasar fortunas millonarias de procedencia ilícita o sospechosa.
A ninguno de aquellos legisladores, locales y federales que abandonan San Lázaro y el Congreso estatal, los mueve el deseo de servir al pueblo de Veracruz.
Simplemente se han convertido en trapecistas de la política; insaciables del poder y el dinero.
Qué lamentable que las Cámaras de diputados, en especial la del estado de Veracruz, se hayan convertido en fábrica de políticos chapulines, que un día despachan como legisladores y al siguiente quieren treparse a los ayuntamientos.
Con la salida de los once diputados locales que este martes solicitaron licencia, la legislatura de Veracruz ha quedado prácticamente desmantelada.
Para empezar, se ha quedado sin Presidente; Leopoldo Torres García, también pidió licencia.
La operatividad del Congreso estatal será un caos, una verdadera pesadilla para sacar adelante las iniciativas pendientes y rezagadas; tendrá que efectuarse un total reacomodo de posiciones en los puestos claves.
La Junta de Coordinación Política, no tiene pies de cabeza para reasignar las diferentes comisiones legislativas que se quedarán sin titular.
Por lo menos son 30 los encargos legislativos que deberán ser reordenados; cinco de éstos se quedan sin un solo integrantes, que son Hacienda Municipal; Desarrollo y Fortalecimiento Municipal; Organización Política y Procesos Electorales; Comunicaciones y Límites Intermunicipales.
Otro tanto de distritos quedarán sin representante, porque hasta los suplentes van en busca de mejores huesos que roer.
En fin, la 61 Legislatura de Veracruz es un desorden; una vergüenza.
Es indudable que muchos de los irresponsables que se van, no llegarán al destino final que sueñan.
Como diputados locales nunca regresaron a sus distritos electorales a cumplir sus promesas de campaña, y el pueblo ya tiene memoria.
Les cobrará las facturas, o al menos que el gobernador Herrera meta las manos al fuego por ellos y pida a la ciudadanía les de el voto.
¿O usted qué opina?

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